Tu voz dormida se esconde detrás de los bucles de mi pelo,
donde murmuraste aquel día, un dulce te quiero.
Un dulce te quiero se quedó grabado en mi frente,
y tengo miedo vuele cuando sople el viento fuerte.
Un espejo tengo en el cielo donde miro continuamente
por si veo reflejados tus ojos, que me miren fijamente.
Pero solo veo caracolas que cuelgan de las nubes
chocando con las olas donde quieres que disfrute,
hasta que el cansancio de la vida... me derrumbe.
Me imagino ese cielo de nubes azules del que cuelgan esas caracolas que buscan el agua,como un mensaje de él para que abraces la vida hasta el final..
ResponderEliminarEs un poema muy emotivo Elda,con bellas imágenes poéticas.
Un abrazo.
Gracias Jero por lo de imagenes poéticas. Ojala me salieran más a menudo, pero claro, es que eso solo lo saben hacer los poetas.
ResponderEliminarEncantada de que me leas.
Un abrazo.