Me gusta el lenguaje del silencio
al que escucho con agrado.
¿Será porque estoy sola de cuando en cuando?
Le atiendo con afecto y tranquilamente,
y en ocasiones me ofrece un regalo
que no espero.
También me habla de realidades
cuando miro en el espejo.
No en el espejo de la vida,
sino en el espejo del baño
donde está la realidad más cruda
y donde me digo: no puede ser lo que veo.
Yo prefería que me hablara de sueños,
y en su lenguaje me dice.... ¡que no tengo!
¡Oh alegre fantasía que voló con el tiempo!
¿Dónde te escondiste que no te encuentro?
El silencio me da ánimos,
me susurra,
y en el susurro me dice
que espere el momento...
Y como "A los silencios no se les puede quitar la palabra". según (Stanislaw Lec)"
Espero y espero.