Mis letras de agua se diluyen
en el mar de mis pensamientos.
¡Ay corazón errante!
¿Dónde estás que no te encuentro?.
Deseo que vuelvas
y me ayudes a hilvanar
aunque sea un cuento,
con renglones cortos
para facilitar el final
después del comienzo.
Mientras...
Voy a recordar aquellos ojos
color del mundo,
donde yo miraba cada día
para ver el camino amoroso
que me ofrecía.
Donde no había recovecos
ni piedras donde tropezar.
Todo era llano y claro
como una noche de luna llena,
como un mar en calma.
Todo en sus ojos, era verdad,
hasta que se cerraron
en la profundidad de una fría noche.
Quiero que vuelva,
para que mis letras de agua
sean ramilletes de flores,
una fuente donde aliviar los calores
y un campo de amapolas blancas
donde el viento, susurre amores.