que mi capacidad para escribir
fuera como un río infinito
de recorrido suave y colorido.
O un campo sin horizonte,
verde como trigal inmaduro
con amapolas perennes,
y poblaciones de abejas
equilibradoras de la vida.
Pero mi exigua capacidad
está en peligro de extinción
como el de estos pequeños seres vivos.
Quisiera que mis letras tuvieran
la armonía de las flores
movidas por un suave viento.
Un soplo de pensamientos
que expresaran las maravillas
de un día feliz y elocuente.
Pero oculta estoy en mi retiro,
y en él, me siento feliz
como ave sinfónica que canta
en un amanecer rosado,
mientras veo pasar el tiempo...
tranquilamente.
fuera grande y salobre como el mar.