Dulce melodía de los tiempos antiguos,
vuelas cual pájaro en la noche
bajo la farola de las inquietudes,
endulzando el corazón ácido.
Guitarra solitaria de quejidos azules,
regala al viento volantes ondulados
en los tobillos de las estrellas,
que bailan al son de un dorado amanecer
entre brumas que se abren al nuevo día.
Bello canto en la reja,
azucena del olvido que no olvida,
mariposa del recuerdo que interpretáis música…
acercaros y danzar en el sentir
vistiendo la soledad de las horas,
donde quedaron aquellas palabras sin nombre.
Ah piano blanco! de pavo real tu cola,
muestra la sensibilidad de tus cuerdas ocultas
color de tus notas,
y rompe el silencio de los cristales
que gotean llanto.
Dulce melodía
embriaga los pesares,
y haz gozar cual beso
en el bullir de la noche
cuando la voz suspira…
Amores.