Poco a poco
te convertiste en recuerdo.
Al principio las horas pasaban lentas,
Al principio las horas pasaban lentas,
el
día era largo,
las
semanas inmensas.
Toda yo era un pensamiento donde tu estabas cerca.
Toda yo era piel sensible,
Toda yo era un pensamiento donde tu estabas cerca.
Toda yo era piel sensible,
pálida,
hambrienta.
Las huellas de tus cálidas palabras
en mi quedaron presas,
hasta que un día cualquiera
Las huellas de tus cálidas palabras
en mi quedaron presas,
hasta que un día cualquiera
se
fueron desprendiendo
como
las hojas secas, y
poco a poco te convertiste
poco a poco te convertiste
en
letras para mi libreto,
un recuerdo diario pero tenue, armonioso,
sin robarme la llave del sosiego,
y es que de algo sirven los años
para algo sirve el tiempo,
una estación donde todos los días
un recuerdo diario pero tenue, armonioso,
sin robarme la llave del sosiego,
y es que de algo sirven los años
para algo sirve el tiempo,
una estación donde todos los días
pasa
el tren con los mismos pasajeros.
Aunque de vez en cuando
se cierra la puerta del recuerdo
Aunque de vez en cuando
se cierra la puerta del recuerdo
y
vuelve la inconsciencia de los años nuevos,
y palpita el cielo,
y palpita el cielo,
y la
lluvia besa los pétalos cerrados de la flor,
y el corazón corre silenciosamente inquieto,
hasta que el invierno regresa de nuevo a su lugar
donde la serenidad duerme,
y la mirada se pierde en detalles tan hermosos
como ver esconderse el sol
y el corazón corre silenciosamente inquieto,
hasta que el invierno regresa de nuevo a su lugar
donde la serenidad duerme,
y la mirada se pierde en detalles tan hermosos
como ver esconderse el sol
en
un cálido atardecer de verano,
mientras el vapor de la soledad
mientras el vapor de la soledad
se
esfuma por arte de magia,
y se navega en una nocturna travesía
y se navega en una nocturna travesía
de
sensaciones espléndidas.
…
Y es que,
…
Y es que,
la
gotera del tiempo carcome la piel,
pero nunca el corazón.
pero nunca el corazón.