En la soledad que perturba mi silencio,
he vuelto a oír el violín a lo lejos.
No llega con la misma melodía,
la escucho desordenada,
enredada en el viento,
y no atrapa mi corazón
como lo hizo en aquel tiempo,
cuando cargada de notas melodiosas
oía su nombre afinado por el clavijero,
y es que de no pronunciarlo
en mis labios se va diluyendo.
¡Oh ilusión de hombre
que te desvaneces en mi pensamiento!,
pronuncio y pronuncio tu nombre,
y la melodía no oigo
desde que tus palabras,
se las llevó el viento.
Viento que vuelas brioso
levantando polvareda,
dile a mi amor hermoso
que el corazón tengo ansioso
por verle en mi rosaleda.
Sin huellas de los otoños,
y vestida de primavera.