Tarde callada, crepuscular,
las nubes negras viene y van con viveza.
El aire sopla con bravura
despejando el cielo por momentos.
Amenaza lluvia bajo las pestañas de la luna
escondida tras la neblina de un tiempo húmedo,
mientras yo, no encuentro palabras
en mi espesura seca y atorada.
Me falta humedad que riegue
las raíces del pensamiento,
su caducidad esta rondando las aristas,
me duele la cabeza
y no hallo lo que busco.
Mis alas se han vuelto de papel
y no pueden levantar el vuelo
para encontrar lo que no encuentro.
Cierro los ojos, y duermo en el céfiro
Mis alas se han vuelto de papel
y no pueden levantar el vuelo
para encontrar lo que no encuentro.
Cierro los ojos, y duermo en el céfiro
mensajero de la primavera
para despejar los sinsabores
que producen esta visión sin nada,
nada más que una brisa fría y sin color
donde se despiertan los sueños.
Todo se reduce, se minimiza,
porque falta la luz en los arrullos de la vida
que inspiren la voluntad de todo…
Quizás mañana,
llegue el perfume del limonero
envolviéndome en su aroma
y silencie mi voz crepuscular
con un verso de amores encontrados,
con un verso de amores encontrados,
-mientras el viento gira en el cielo y canta-
エルダ
エルダ