Deseo cantar bajo el arrullo de mi imaginación
sonsonetes que vienen a mi boca,
y es que tu recuerdo me provoca
olvidadas sensaciones,
Y olvido, que no, que no puede ser,
que el tiempo pasó dejando
huellas en mi corazón ahora de estopa,
viejo y arrugado
que late lento por los caminos del ocaso.
Pero si es verdad que deseo cantar mis emociones,
cuando nace un día adornado
con volante de puntillas
y nubes de corazones.
Aprovecho este semblante aguijonero
antes que llueva la niebla
debajo de mi sombrero,
y antes que se ahogue mi ansiedad de vivir,
en esa oscura charca de la soledad.
Porque la soledad,
es la lágrima más grande,
un mar gris sin emociones
que muere en una playa del desierto.