Enciendo los farolillos de la imaginación,
y bajo la tenue luz del alumbrado
espero que llegue mi duende del sur,
pero no llega.
Los faroles se van apagando
mientras salen los primeros rayos de sol,
y entre la luz y el resplandor, muere mi sueño.
Bailo con el viento
a la vez que se desprenden las sensaciones
prendidas en mi pelo,
y volteo el vuelo de mi falda
al son que me provoca la música
de esos ojos que recuerdo.
Los intuyo, son violines que suenan
rompiendo el aire.
rompiendo el aire.
Improviso y me muevo al compás
de una melodía que enamora.
Tiendo la mano y le invito a bailar,
pero no viene.
Notas musicales vuelan como golondrinas
por las aristas de mi cuerpo,
y sigo bailando,
lo demás poco me importa,
lo demás poco me importa,
si acaso, quitar las hierbas tóxicas
de mi jardín particular
donde crecen los sueños,
...
.
Algo canta al atardecer.
Es la ávida boca de un poeta
que regala versos de amor.
Los labios se me vuelan
y su voz, me toca.
donde crecen los sueños,
...
.
Algo canta al atardecer.
Es la ávida boca de un poeta
que regala versos de amor.
Los labios se me vuelan
y su voz, me toca.