Volveré a escribirte
cuando las tardes regresen frías,
cuando el aire cimbreante entre las ramas desnudas,
me recuerden que existes
en algún lugar de la vida.
Volveré a escribirte
en las noches de luna llena,
cuando sus hebras de plata
acaricien la oscuridad,
viajera de sensaciones,
acaricien la oscuridad,
viajera de sensaciones,
y volveré a decirte
con palabras sobre el papel,
con palabras sobre el papel,
que mi viejo corazón
sigue latiendo al ritmo de la primavera.
Sí, volveré a escribirte
cuando el buen tiempo desaparezca
y el ambiente se cubra de escarcha,
mientras el calor de mi estancia
rezume serenidad en un letargo nostálgico,
que me lleve a otros senderos ya pisados...
Volveré a escribirte algún día,
cuando las golondrinas comiencen a emigrar
a otros lugares cálidos
y las palabras se vistan de soledad
en el devenir de unas horas apagadas.
Sí, volveré...
a novelar mis pensamientos
con aires románticos.
cuando las golondrinas comiencen a emigrar
a otros lugares cálidos
y las palabras se vistan de soledad
en el devenir de unas horas apagadas.
Sí, volveré...
a novelar mis pensamientos
con aires románticos.