Delicado, dulce y hermoso,
es eso que me inspiras
sin saber muy bien que es.
Pienso en ti, y mi pecho se dilata,
mis brazos se abren,
mis labios lucen una sonrisa
cuando pronuncio tu nombre,
y mi pulso se acelera
como si la sangre prisa tuviera
por llegar al corazón.
Este corazón sin espacio,
hace todos los días un hueco
para que te acomodes en su salón,
aquí cerquita, a mi lado,
para sentir una chispa de calor
y abrigar el invierno de mis años.
Delicado, dulce y hermoso,
es eso que me inspiras
sin saber muy bien que es,
y mientras ese halo me besa las mejillas
de forma tan sutil,
mi invierno se vuelve primavera
entre el mes de enero y abril,
floreciendo mi piel como cerezo
en los valles de la Vera.
Delicado, dulce y hermoso,
es eso que me inspiras
sin saber muy bien que es.