De vez en cuando,
aparece algo que desilusiona.
Una palabra, un gesto, una mirada.
Es la sensibilidad que aflora,
que navega como barco dañado
y zozobra, si una arista
le roza el corazón del casco.
Y es que la sensibilidad crece
a la vez que los años aumentan.
Una palabra, un gesto, una mirada.
La piel ya no es tersa,
no resbala,
y la mala sensación
queda inmersa entre las arrugas
del corazón.
Cualquier melodía,
tiene una cicatriz que sorprende.
Besos, o cristales rotos.
*
Mi sombra es un error
cuando creo que es perfecta,
se alarga según el sol
y desaparece al dar la vuelta.
*
Un paso atrás, nunca, (se dice).
Yo lo doy cuando busco algo,
si no encuentro, recupero...
el paso.
*
Al fondo de un espejo
caerá todo;
después de un camino largo
no se recuperará de lo vivido, nada,
solo la luz del recuerdo
y esta, se apagará de un soplo
como en una vela, la débil llama.
*
Mira que te recuerdo
pero ya no siento nada,
es como recordar el café
que me tomo en la mañana.