Sé que me miras desde el cristal de tus ojos,
maravillosas golondrinas que habitan aleteando
en mi corazón, de azules rojos.
Sé que me miras desde el costado de tus alas,
con miradas puras y aladas, que vuelan por las
esquinas de mi espalda
donde pintas acuarelas de paisajes.
Paseo buscando flores en el jardín de tus manos,
que acaricien mi vida, y la llenen de colores.
Sé que me miras desde el borde de tus labios,
jugueteando sonrisas sordas,
que aturden mis pensamientos lacios.
Perlas en tu boca cuando dices diciendo, decires
en mi oído absorbente, de notas musicales y transparentes.
Dedos de magnolias quisiera en mi cuello,
y allí… morir…
con el susurro de tus besos,
en el hueco de mi pendiente