La puerta de mis miedos están a punto de cerrarse,
pero no consigo dar el portazo y echar la llave;
aquí me encuentro, en la vaina de mi habitáculo
donde me desgrano como guisante maduro,
a punto de ser cocinado.
No daré paso a la noche negra y deprimente,
y como un noctámbulo murciélago vigilo y espero
estrellas que alumbren mi nido vacío
debajo del balcón de mis deseos.
Refugiada en él, espero la luz de un nuevo amanecer
para cerrar esa puerta entreabierta de mis temores.
Voy a salir de la vaina, y volaré por la ventana.
¿Me atreveré?…
¡Cuidado! pienso. Tengo las alas atrofiadas y puedo caer.
Salto por los miedos y poco a poco aleteo como pez,
desplegando alas al viento hacia un futuro incierto.
¿Incierto?, no tanto… la muerte espera.
Quiero grabar este momento y estamparlo en la pared,
para tenerlo a la vista por si me vuelve a suceder.
Un placer leer estos poemas, Un fuerte abrazo mi querida y siempre amiga Elda.
ResponderEliminarManu. Este blog se viste de fiesta cuando tu lo visitas. Muchas gracias por ello.
ResponderEliminarTe doy un fuerte abrazo.