Llueve amor, y a mi me cala.
Turbio revuelto de tormentas tiene mi corazón,
donde todas las nubes oscuras me alcanzan.
Me dejo rescatar por tu mirada
en la noche callada,
y allí me refugio bajo el alero de tus pestañas,
cálido paraguas que me abriga las ganas
de quedarme en tus brazos
hasta el amanecer.
Me miran tus ojos con reflejos de plata,
y secan los míos húmedos de lágrimas.
Se conocen,
se besan,
se abrazan,
pero no se tocan, con mirarse les basta.
Amor transparente que vuela campanas,
repícalas fuerte
y que se oigan los te quieros que salen de mi alma.
¡Ay amor consentido!,
háblame con tus ojos,
silba palabras que hagan ecos en mis oídos,
besa mis labios dormidos y,
soñaremos amores hasta el alba
tu conmigo, yo contigo
enredados en una tela de araña
bordada con fuertes hilos.