Me conformo con tu silencio
si supiera que piensas en mi
con la suave voz del pensamiento.
Conformado tengo el corazón
en esta calle de amaneceres,
esperando tu amor lento
perdido entre la sonrisa de unos ojos
que no te miran desde hace tiempo.
Lentas pasan las horas
y con gran velocidad los días,
volviendo a la oscuridad de la noche
en un letargo entre sabanas vacías,
donde plácidamente sueño que vuelo errante
“a tres metros del cielo” buscándote,
hasta que sonrío en un nuevo amanecer
dando gracias por despertar de nuevo,
donde la realidad y los sueños
se dan la mano para caminar
por la calle de la fantasía,
donde tu te alojas.
Compro fantasías por realidades,
las venden en la esquina de mi calle
donde las farolas alumbran noche y día,
y el sol permanentemente sale.
Este trueque o cambalache me seduce,
como la música de aquel tango
que viste de abril mi corazón de octubre.