Es necesario cerrar los ojos
para entrar de lleno en los sueños.
Un mundo mágico
que la mente crea a través
de la utopía propia o ajena
para vestir la mente
de alegres fantasías.
Solo basta un instante
para sentirse prisionero
de un amor inexistente,
mientras el mundo mágico
de los sueños, se despierta
en una realidad vagabunda
que baila al son
de una música lejana.
Dulces momentos de un tiempo
que solo existe en el recuerdo.
Pero todo está bien.
Solo son frases que busco
y no encuentro.
Perezosa está la mente
y todo mi cuerpo.
Quizás en un amanecer rosado
vuelva la brisa primaveral,
y debajo de su sombra
se despierten sensaciones
envueltas en el murmullo de un aliento,
y busque los paisajes favoritos
en unos ojos ya perdidos,
porque así lo quiso el tiempo.
Delego mis letras en la mirada de otros
para que ellos las pinten
de expresiones brillantes,
mientras yo dormida sin sueño,
dejo caer el lápiz a la orilla
de unas letras que no hallo.