Colgada del cielo está la luna esta noche,
mirando la baranda de mi balcón
que brilla con sus ojos de luz.
Nubes celosas en la oscuridad
se van acercando sin ser vistas;
quieren ocultar su belleza plateada
para esconderla del sol cuando se aleje el alba.
Ella, les brinda un quiebro con su traje de luces
y sonríe, sonríe coqueta.
Colgada del cielo está la luna esta noche,
como yo del verbo que adivino en tus palabras,
mientras bailas con la estrella de tu corazón
que sonríe, sonríe jugueteando en el perfil de tu cara.
Esa estrella me roba la noche con tu nombre en los labios
a la vez que te nombro en el silencio.
El viento aterriza en mi baranda
anunciando la realidad:
Es tarde, la temperatura ha descendido,
y acurrucada en mi misma
me dirijo donde mejor se duermen los sueños,
y al son de los candiles encendidos
juego con las palabras del pensamiento
para hablar contigo, y, duermo.
Hoy le canto a la vida

Hoy le canto a la vida,
y le digo suave, silente,
y moderadamente:
permíteme todavía,
deja que los días fluyan
y los deambule con alegría.
Atrás quedaron penas,
la tranquilidad me abruma,
pero no, no me perturba.
¡Me gusta!:
como la lluvia en un día de verano,
como el viento cuando roza sin permiso
los poros de mi piel,
que ya no está en su mejor momento
pero para mi está bien.
Es el mejor vestido que tengo,
el que uso para pasear por lugares
donde se adivina que llegará la primavera,
llenando de colores los rosales,
y en los campos ácidos,
las flores de los jarales.
¡Me gusta!
como el fluir de los ríos lentos
que acarician las piedras
en su lugar de encuentro.
Como el mar bravo y calmo
besando las playas con su bello encanto.
¡Me gusta!
como los atardeceres rojos que besan los montes
matizando los horizontes según su antojo.
Como las nubes, encajes blancos
que visten el cielo formando mantos
Como el paisaje que adivino
en las pupilas de tus ojos amorosos,
¡a los que no quiero cantar!
aunque te encuentre molestando
tras el punto y aparte…
de este pensamiento que llega a su final.
Hoy le canto a la vida,
la que sin duda merece la pena vivir,
porque:
La vida es sueño…
y la realidad, vivirla con empeño.