Soy como agua serena en un río sin fin;
solitario… no hay peces ni piedras
donde la cristalina tropiece, y surja bailarina
salpicando de colores los bordes y las esquinas.
El recorrido es sopífero, lento, mustio,
sin tropiezos excitantes donde las aguas salten.
Pienso en mi primavera lejana, y
reluce el sol en el portal del alma.
Lloro flores ajadas de nostalgia
por los días mullidos de algodón,
que se convirtieron hoy… en raído esparto.
Registro el balcón de mis ojos,
y veo un largo anochecer de truenos
y relámpagos, que me asustan el corazón.
Dormiré con prisa la noche,
para despertar en la luz de una clara mañana,
y seguiré el recorrido en río lento
con esperanzas de llegar a un mar de sensaciones.
Mientras pienso: No será…
El cauce disminuye y el río seca.
Un fuerte abrazo, precioso poema, te sigo leyendo mi querida Elda.
ResponderEliminarHay amigo, que placer me dá tu paso por estas letras. Viniendo de ti es un verdadero placer.
ResponderEliminarMuchas gracias Manu, te mando un montón de abrazos.