¿Qué sueña el viento cuando duerme?
Cuando el viento duerme,
sueña con danzar suave,
con ser delicado
y no despeinar a nadie.
Sueña con ríos que nunca ha navegado,
con cielos donde nunca ha llegado.
Sueña con una caricia que flota en el aire,
con la calma que no ha conocido,
con mariposas que en su entorno
nunca han vivido.
Sueña con un delicado beso.
Con una melena ondulante
donde se mira el sol.
Sueña con ser brisa
en las noches de verano,
con una pradera llena de flores
donde relajar su brioso ánimo.
Y al despertar, vuelve a correr,
a enredarse en los árboles,
a desordenar el mundo con su baile.
Pero le queda el eco feliz
de todo lo que en calma ha soñado.
Y quiere volver a cerrar los ojos
para soñar y soñar,
y seguir soñando.
Un suspiro del viento,
o mi suspiro...
“Avísame si dejo de soñar”

Qué hermoso imaginar al viento en su pausa, soñando con lo que nunca ha tocado. Tu poema, Elda, le da una ternura inesperada a esa fuerza que solemos ver como inquieta. Hay algo muy delicado en ese deseo de calma, de caricia, de brisa.
ResponderEliminarGracias por compartir este suspiro que también invita a cerrar los ojos y dejarse llevar.
Esa imagen del viento soñando con ser brisa en una noche de verano es pura magia, llena de suavidad y esperanza. Tu suspiro, o el del viento, me ha dejado con una sonrisa y un deseo de soñar junto a él. Gracias por compartir esta belleza, por recordarnos que incluso las fuerzas más agitadas tienen un corazón que late por la calma.
ResponderEliminarUn cálido abrazo, Elda.