ÉL…
Él, fue la primavera de mis otoños,
el cálido verano de mis inviernos,
el frescor de los tórridos días veraniegos,
la balsa que recogía mis acuosos tormentos.
Él, fue para los dos,
un mundo girando con sus cielos claros
llenos de luz y color.
las nubes al sol se diluían
cargadas de amor,
y el viento suave soplaba
levantando caricias de nácar
por donde pasaba.
Las noches lloraban ventanas celosas,
esperando la alborada
de besos…
en la almohada de rosas.
El alba asomaba plena de alegría
acariciando dos almas que soñaban
su largo amor en compañía.
En un pozo lodoso cayó el sueño…
suspiraban las estrellas de dolor negro,
porque ese amor otoñal de primaveras,
sangró…
tiñendo de rojo la tierra,
donde las flores secaron sus pétalos en cenizas
un día sin sol.
Todo árido sin luz ni color.
En mis sentimientos murieron las rosas
que adornaban mi vida y mi corazón,
dejando languidez en mis noches
desiertas de paseos sin fin.
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