Tengo pensamientos turbios
que agobian las esperanzas mías.
Son como lluvia de perdigones
que golpean mis carnes frías,
y quiero esconderme y no ver a nadie.
Que nadie me hable,
que nadie me diga mentiras,
que son dardos en la diana de mis oídos,
aunque adornen mi vida.
Ya no quiero sonreír sin ganas,
ni quiero ser amable cuando no quiero,
ni quiero callar lo que decir quiero.
Ya no quiero esforzarme en decir buenos días
cuando relampaguea o llueve en mi corazón.
Ya no quiero en noche oscura ser luna clara
ni mar bravía cuando soy charco de agua.
Tengo pensamientos turbios…
Buen poema, Elda. No sé que te produce estos turbios sentimientos, pero ya verás como sigues siendo luna clara en la noche más oscura, y que siempre vuelven los buenos días, aunque la verdad suele doler, también nos deja momentos de placer, y como tú dices lo mejor es decirla.
ResponderEliminar¿Y quién no tiene pensamientos así de vez en cuando?
ResponderEliminarEste poema es un grito contra la hipocresía y el disimulo.
Hay que procurar ser siempre natural y sincero con uno mismo,aunque no es fácil,y con los demás.Aunque pienso que en ti esos pensamientos no son muy corrientes...¿o me equivoco?
¿Son tuyos los dibujos? Son guay...
Hola Enrique. Creo que de vez en cuando todos tenemos pensamientos turbios que nos están molestando y no los hacemos palabras por no molestar a nadie, aunque cuando lo dices... ¡que bien se queda uno!, jajajaja.
ResponderEliminarMuchas gracias pasar a leerme.
Un abrazo.
Ay que rabia Jero, después de todo lo que te contestaba, se me ha ido no se por qué.
ResponderEliminarBueno te decía que tienes razón, ser sincero con uno mismo es más fácil, pero con los demás ya es otra por temor a molestar, pero cuando lo haces que bien te quedas, jajajaja.
Los dibujos sí son míos. Cuando era pequeña siempre estaba haciendo caras y piernas con tacones en todos los cuadernos del colegio, jajajaja.
Muchas gracias amigo por pasarte.
Un abrazo.