Cerca del cielo me encontraba ese día,
nubes blancas de algodón con sabor a sal
volaban por encima.
Variedad de verdes disfrutaba la montaña
y de tan bello paisaje yo, renacía.
Aspirando hondo me bebí todos los vientos,
me sentía ilusionada de tan especiales momentos.
Mis ojos volaban admirando…
era mío ese instante… todo lo que veía
quitármelo, nadie podría;
eran mis sensaciones mías nada más.
Sentí dulces emociones viendo tanta belleza
y mi recuerdo fue para ti.
Mire por cuatro pupilas: las tuyas y las mías,
y estas imágenes adheridas a mi corazón
te las envié pensando el cielo,
para que con tus pinceles pintes de colores
todo lo que siento.
En los montes de Chicá, volaron mis pensamientos.
10-10
¡Qué importante es el contacto con la naturaleza!
ResponderEliminarLos humanos nos hemos ido alejando cada día más del campo,de sus ciclos y de su paz para volvernos majaras con el ruido infernal de las ciudades.
Me ha encantado este poema de comunión con la Naturaleza.Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos es cuando más recordamos a nuestros seres queridos.
Un placer Elda,como siempre.
Un abrazo,amiga.
Esto lo escribí en Panamá cuando me llevaron a visitar estos increíbles montes, desde donde se ve a lo lejos el mar.
ResponderEliminarEs verdadero placer que te haya gustado Jero.
Muy agradecida siempre por tus lecturas.
Un abrazo.