¿Por qué no puedo respirar cuando pienso en ti,
si a penas te conozco y se que tu amor no es para mi?.
Nos encontramos en la calle, y fui yo la que te vi,
me miraste de soslayo, y después te sonreí.
Un suave roce al pasar, y se alegró mi corazón,
pero solamente un instante en la imaginación.
Pues volaste como pluma y delante de mis ojos
te apagaste… Igual que el sol al atardecer.
Desde entonces: camino calles, ando senderos,
paso a los jardines, y entre las flores te espero.
Mis pensamientos aunque no quieren, te reclaman,
ellos tienen dulces palabras que nunca callan.
En lo mas hondo del corazón presiento, que más no voy a verte,
pero todos los días soplo un “te quiero” al viento,
olvidando que solo has sido una quimera en mi pensamiento…
… querido desconocido
Buenas noches mi querida amiga, como suelo hacer algunas tardes que tengo algo de tiempo, me doy una vuelta por mis escritores y poetas preferidos. Un abrazo mi querida amiga.
ResponderEliminarMuchas gracias mi amigo, siempre es un placer tu visita y me siento feliz cuanto te leo por aquí.
ResponderEliminarUn cálido abrazo Manu.
Hola, Elda, voy leyendo a esa niña que no deja de escribir, que siente y luego escribe. Me parece en tu caso tan auténtico, tan lleno de candor. Veo un horizonte tan ancho como tu corazón.
ResponderEliminarPrecioso comentario Enrique. En tus palabras encuentro como si te encontraras muy sereno y eso me satisface, ojala que sea así.
ResponderEliminarSí, escribo como la niña que fui, unas veces imaginando cosas mezcladas con alguna realidad, pero siempre pasteleras con tantos amores, jajaja.
Muchas gracias por tu visita.
Un abrazo.