Me quedé prendida en la luna de tus versos,
allí anidé mis ojos, y con los tuyos quedaron presos.
Eres placer inconfundible cuando vuelan tus sentimientos
deslizándolos suavemente por la pluma de tus dedos.
Has abierto mi mente como se abren los recuerdos,
y nubes grises han salido para lanzarse al firmamento.
Las borrascas de mi corazón ya no tienen gotas de lluvia,
tienen una humedad especial, que es la tinta de tu pluma.
Eres nostalgia, eres sombra, eres luminoso día,
mis dulces y amargos besos vuelan por tus esquinas.
Eres luz brillante que se esconde mortecina,
regando con tus labios bellas palabras escritas
donde queda enredada mi alma admirando rincones de tu poesía.
Eres amor escondido que llena tu corazón,
eres grieta profunda iluminada por el sol,
eres ese verso divino del “pliegue” que nunca pisaré yo.
…Para ti quisiera ser un pajarillo en el despertar de tus mañanas,
cantándote alegremente en el alféizar de tu ventana.
Quisiera ser hierba fresca en la huella de tus pies,
para servir de mullida alfombra en tu nuevo amanece
10-11-10
10-11-10
Vas demasiado deprisa, Elda. Sólo llevas tres años metida en el oficio más triste del mundo y ya te codeas con gente buena que lleva mucho tiempo. Cuando yo llevaba tres años, tenía 18. Escribía mucho peor que tú. Mi hermana Carmen abandonó mis primeras cuatro libretas en Mallorca, como si fueran un mueble descuajaringado; había poemas malos, malísimos y pésimos, pero había algún verso luminoso que nunca volveré a recordar. Eso es lo que piensan mis hermanas de mi poesía, mientras me piden que les regale un relato de Boris Vian para no leerlo, pero no escupirë, y si tienen dificultades estaré allí, porque son mis hermanas.
ResponderEliminarPues te diré amigo, que tienes unas hermanas que no saben apreciar el prodigio que han tenido al lado suyo. ¡Que pena esos poemas que dices!, seguro que todos eran tan buenos como todos los que haces. Nunca me creeré que fueras peor que yo. Tú me parece a mi, que naciste ya con un verso en la boca.
ResponderEliminarMuchas gracias Enrique por tu aliento en este comentario.
Recibe un abrazo.
Seguro que eran malos, lo único bueno lo conservé y eran tres versos perdidos en un largo poema a un amigo que había dejado de serlo.
ResponderEliminarSomos dos almas sueltas por distintos caminos
que han olvidado encontrarse
que ya no se conocen.
Mi hermana C. piensa que no voy a la u. por el director y sus tres putadas consecutivas, y no es así, me avergüenzo de ella y de que no haya tenido con él ni una mala palabra. De mi poeta pueden reírse lo que quieran, pero de la persona sólo Dios y no existe.
Creo que sería interesante por el hecho de evaluar las horas de aprendizaje, cuantos y cuantos poemas sobre el mismo tema, cambiando de chica, me gustaban las chicas del centro que pasaban de mí, porque no llevaba ropa de marca. A una le tiré un poema; Nieves, en un avión de papel, mientras hacía gimnasia, subió y se lo dió al profesor de Matemáticas que me castigó, entre las risas de mis compañeros que gritaban ¡Garcilaso!
ResponderEliminarHace falta muchas horas, Elda, sobre todo para las personas que carecemos de oído. Yo creí siempre que había sido su desidia bohemia y caótica y por eso lo he contado siempre con una sonrisa. Ahora sé lo que piensa de lo que escribo. ¿Debo entregarle aquellos trozos de mantel porque me los pidió, o te lo envío a tí?
No tienen ninguna importancia literaria, ni para nadie, pero es un trozo sentimental de mi vida, y me reafirma que en circunstancias favorables soy un trabajador incansable.
Si yo hubiera escrito entonces como tú escribes ahora, con la ilusión que tenía, y siendo amado por Helena de Troya, no sé que hubier podido llegar a escribir. Lo bueno, Elda es que evolucionas que también eres un poco vampiresa. A mí siempre me han gustado las vampiresas, criollitas de mi vida, pebetas de mi barrio.
ResponderEliminar¡Pero Enrique!,jajajaja ¿por qué me cuentas todo esto aquí y no lo haces por correo?.
ResponderEliminarBueno es igual.
Más vale que los trozos de mantel me los mandes a mi, jajaja.
Oye, de vampiresa no tengo nada, que conste, y eso de que: solo Dios y no existe... lo pensarás tú, yo si creo. Además si piensas que no existe, ¿por qué lo escribes con mayúscula?.
Un abrazo.
Sí te contesto Elda, pero con los labios de otros;
ResponderEliminarSi me dijeran, pide un deseo.
pediría un rabo de nube,
que se llevara lo feo,
y nos dejara el querube,
un borrador de tristezas,
un aguacero en templanza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.
(Silvio Rodríguez)
Perdona Elda. Yo también os escucho a vosotros, sois mis guías cuando vuelvo a dudar y se acerca el levante.
ResponderEliminarMi querida Elda, me regalas este poema y brillan mis ojos en la luz de tus versos. Sabes bien cuanta felicidad y orgullo me llena el pecho, ya tu sabes lo firme que es mi amistad por ti, son ya casi dos años que nos empezamos a leer en monosílabo, ahora nos seguimos en nuestros blogs, debes saber que tienes mi corazón ganado. Un fuerte beso para ti mi gran y siempre querida amiga.
ResponderEliminarGracias a ti Manu, que me has seguido sin ser nada interesante mi forma de escribir, pero gracias a vosotros voy aprendiendo un poco.
ResponderEliminarEres un amigo muy especial por tu ternura y estoy encantada de que te gustara este poema. Creo que fue uno de los que me salió todo seguido, no sé si está bien escrito, pero a mi me gusta.
Un abrazo en tu corazón de poeta.