que aparecen envolviendo
suaves mañanas de primavera
aromando las orillas del corazón
e impregnando un veneno dulce
que recorre las venas,
se desborda por los poros
como zumo de frambuesa
endulzando los sentidos y,
con ello te sientes débil presa.
Roza la alegría
roza la tristeza,
¡y se piensa tanto en él!,
que duele la cabeza.
Te alborota
te languidece
te envuelve
te acuna
y en los brazos de Morfeo ves la luna.
Es desvelo de susurros
donde se masca el silencio de colores,
y aparecen miradas llenas de intenciones
que tintinean y hasta lo más profundo, seduce.
Amor de blancos crespones,
¿por qué hasta el fin de los días no permaneces,
si eres la más bella espina
clavada en la vida de quien te pertenece?
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