¡Ah dulce primavera
que despuntando vas despacio!,
y aunque frío sopla el viento,
tus perfumes vas soltando.
Ya en los árboles apuntan
brotecitos incipientes,
que llegarán a dar flores
si calcinados no son
por una fría corriente.
La savia por sus venas
poco a poco va diluyendo,
y se van abriendo camino
por los fríos del invierno.
¡Ah dulce primavera
con sabor vienes bailando,
allá por el horizonte
de los desolados campos!.
Llegará un aliento suave
repartiendo las esporas
que cubrirán los sembrados
con un manto de amapolas.
Vendrán alegres golondrinas
gorjeando a mi ventana,
para poner una semilla
en la esquina de mi alma;
donde nacerá el último lirio
que regaré con esmero,
para que no se marchite
ni en verano ni en invierno.
¡Ah dulce primavera
te espero con esperanza!,
para que siembres de colores
los aledaños de mi estancia,
donde llora la niebla
y el viento no cambia.
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