Al compás de un tango,
mis ojos cruzaron con los tuyos
y con pasos de miradas enamoradas,
dos almas
quedaron prendadas
en tus ojos y los míos.
Con el roce de tu rostro
los poros se transmitieron,
amores que allí prendieron
hasta que volatizaron...
Hoy la música del bandoleón,
recorre dulcemente mi piel
llorando en mis oídos
melodías de antaño,
que duelen el corazón
mientras mis recuerdos
bailan tango
activando mis sentidos.