¿Cómo fueron aquellos días
cuando las palabras
se unían al pensamiento
y sin voz hablaban?
¿Qué me motivaba?
¿Dónde está la motivación que me visitaba?.
Pienso, busco, pero no encuentro.
Siento que ya no me seduce nada.
Todo es tan real, y desagradable lo que nos rodea
que no merece ponerle galas.
Mis ojos miran distraídos
y disfrutan del paisaje que puedan ver.
La mirada va libre,
se queda colgada de cualquier flor
que nace en una grieta del asfalto
o en la orilla seca
de una vereda campestre.
El pensamiento en suspenso,
silencioso, mudo y sordo
como el ocaso de una tarde tranquila
mientras el sol dice... Volveré.
Una mariposa se detiene en mi regazo
con sus alas de seda blanca,
quedo inmóvil para que no se vaya
como se fue el loco pensamiento,
la imaginación,
la fantasía,
el amor.
¿Dónde está la motivación?
¿Se quedaron en los años ya cumplidos?
Diría que sí,
porque cuando miro en el espejo,
me "desmotivo".
¿O será que las preferencias han cambiado
como cambia la piel
de un cuerpo envejecido?.
.......
¿Puede ser?
¡Yo qué sé!
Me he dado cuenta que ésta última expresión la uso con mucha frecuencia últimamente.
¡Me resulta tan cómoda! 😂

Hola, Elda. Un poema interesante. La motivación... Yo creo que no tiene que ver con la edad, distancia, lugares, vivencias...
ResponderEliminarLa motivación es un pájaro que pasa, a veces rápido, otras lento. A veces en un recuerdo, otras mientras miras el río, o el mar de la vida... (Digo yo, sin saber nada de ello) Y otras te pilla con las manos ocupadas en poner vendajes o abrazar un dolor y sin papel y bolígrafo a mano... Lo que sí creo es que la motivación no es de costumbres, más bien le gusta la impronta donde puede llegar a ser maravillosamente deliciosa... Como este poema tuyo que me encantó leer.
Gracias.
Hasta pronto.
El poema es un susurro melancólico que se desliza entre las grietas del tiempo y la piel del alma, tu poema es un espejo que no devuelve la imagen, sino la pregunta. “¿Dónde está?” no es solo una búsqueda de la motivación, sino una elegía a la transformación silenciosa que nos visita con los años. Hay en tus versos una flor que nace en la grieta, una mariposa que se posa sin promesa, y un sol que se despide con la ternura de quien sabe que volverá. Has tejido con hilos de nostalgia una tela que no cubre, sino que revela. Y en ese “¡Yo qué sé!” final, tan cómodo como honesto, nos dejas la sonrisa de quien ha aprendido a convivir con la incertidumbre. Gracias por este regalo de otoño.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hay una belleza cruda y sincera en tus palabras, como esa flor que nace en la grieta del asfalto o la mariposa que se posa sin avisar. Me encanta cómo logras pintar con versos ese instante de pausa, donde el pensamiento se queda mudo y el corazón observa, libre, el paisaje que lo rodea. Gracias por compartir esta joya que invita a detenerse, a mirar con cariño lo que somos y lo que fuimos, y a esperar, como el sol, que siempre promete volver. Un abrazo, Elda, cálido y lleno de admiración. Con cariño, Miguel.
ResponderEliminarElda. Que poema tan bonito. Tan expresiva, natural y real como la vida misma. El recuerdo y la nostalgia van siempre juntos de la mano.
ResponderEliminarBuen día.
Un abrazo.
Mónica.
Tu texto refleja a la perfección una realidad que todos debemos afrontar.
ResponderEliminarEl paso de los años y del tiempo es un privilegio que revela la esencia de la vida: vivir cada etapa con valentía, aceptar las pérdidas con serenidad y apreciar los encuentros que nos transforman. El tiempo no borra quiénes somos; nos moldea con belleza, sabiduría y amor por todo lo que hemos sentido.
Cuando eres joven, todo parece urgente. Pero con el paso de los años, aprendemos que lo más importante es lo que se hace sin prisas. El abrazo prolongado, la risa sencilla, el café tranquilo… Todo se vuelve más sabroso. Envejecer es, sobre todo, saber bajar el ritmo y, aun así, llegar a donde importa.
Que tengas un maravilloso fin de semana, Elda.
Abrazos.
Me ha gustado mucho tu bello poema. Es muy realista y reflexivo.
ResponderEliminarExpresas de manera muy hermosa una gran verdad.
Feliz fin de semana.
Un fuerte abrazo.
Hola Elda, en estos tiempos que corren y viendo tanta crueldad, la verdad que la motivacion se nos va, con la edad vamos viendo las cosas de diferente manera, eso creo yo y mirarnos al espejo, pues cuanto menos mejor:)
ResponderEliminarUn gusto volver a leerte Elda.
Besos.
Ay, Elda, me siento tan reflejado entre estas líneas que me parece haber sido yo quien las ha escrito, je, je. La diferencia es que tú sabes hacerlo con más arte e imaginación. Así que, en todo caso, compartimos estas ideas de pensamiento.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muchas preguntas que todos nos hacemos cuando llegamos a cierta edad. Pero no me preocupa que tú las formules porque sé que tienes en tu poder la respuesta correcta: ¡Yo qué se´! (Me encanta :). En mi caso me aplico aquello que me contó hace poco un amigo: "Yo ya, a estas alturas, soy como la table del uno: Todo me da igual" Pues eso. Nosotros ya hemos adquirido todo el derecho a aislarnos de los problemas para que no nos amarguen la vida que nos queda. Mientras sigas parándote ante una flor que nace entre el asfalto, no hay cuidado, estás haciendo lo correcto.
ResponderEliminarFuerte abrazo, madrileña.
Leído el poema, que casi podría calificarse de "Elda al desnudo", por la claridad con la que se expresa. Si bien no sería el desnudo del espejo, que ya ella misma lo da, poéticamente, como "desmotivador" :))))) me quedo con la Elda que conozco.
ResponderEliminarQue ya afirmo que, jovial ella, aficcionada al baile, dinámica, creativa, toda una mujer de su tiempo, sí puede que, por comodidad, se apunte a eso de ¡Yo qué sé!
Abrazos, amiga Elda.
Recuerdos a Wes.
Estimada Elda. Ese reflejo de la realidad que nos abraza es tan desigual y cambiante que, el tener instantes bellos, es sólo como bien dices un sueño, cual vuelo sutil de la mariposa blanca que no se puede atrapar pero que de vez en cuando se aposenta o se deja percibir, como la otra flor que del limo emerge...pero ahí hemos de estar, para reflejar esos sudores espontáneos o esas toses que interrumpen el baño...dejando que el dolor no cuaje y el sentir siempre nos acompañe. Feliz domingo.
ResponderEliminarUn abrazo
Precioso poema, me encanta.
EliminarUn abrazo, preciosa.
Abrazos
Olá, amiga Elda,
ResponderEliminarminhas boas vindas ao Mundo dos Blogues,
depois da pausa de verão.
Meus parabéns pelo seu belíssimo poema,
no qual aparecem fortemente os sentimentos
de motivação e de emoção.
Votos de um ótimo final de semana, com luz, paz e poesia.
Meu abraço, minha amiga.
Unas preguntas que muchos nos hacemos ¡Yo que sé!. Te cojo la expresión.
ResponderEliminarAbrazos.
Vuelvo a leerte, Elda. Leerte siempre es un placer!
ResponderEliminarQue tengas un buen fin de semana.
Un abrazo.
El paso de los años es una realidad incuestionable y al mismo tiempo un motivo de alegría, por lo menos para mi, que cada noche pido a Dios que me regale un nuevo día, y aunque entre luces y sombras, tenga que buscar esa flor o esperar a esa mariposa que me motive, merece la pena seguir viviendo, con arruga incluidas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho y me he sentido muy identificado con muchos de tus versos.
Gracias, amiga Elda.
Un fuerte abrazo.
Muy agradecida por vuestras lecturas y comentarios tan hermosos.
ResponderEliminarSiempre un placer vuestras respuestas.
Abrazos para todos y cada uno de vosotros.
Claro, vamos quemando etapas...
ResponderEliminartodo llega a un climax ...incluso crear a veces cuesta
o más de las veces preocupadas de las cosas cotidianas
alejamos lo que nos permite gozar más al recrear la vida...
Abrazos.
Hola Elda tú poema refleja muy bien el paso del tiempo y de las vivencias.
ResponderEliminarEsa mariposa que se acerca y temes que se vaya es la ilusión de cada día que temes perder.
Un abrazo grande.
Puri