Colores son los que tengo en mis pensamientos cuando te recuerdo.
Allí los puse cuando me miraron tus ojos, deliciosos luceros
que alumbraban el camino para llegar a tu corazón.
Cuenca de un mar donde yo navegué con amor.
Hoy tengo la mirada perdida buscando una balsa
en el océano de mi vida,
que me rescate de las olas furiosas que alcanzan la ilusión
que tuve un día.
Detrás de los cristales de mis pupilas
he divisado un barquero,
que viene remando lento, en aguas de terciopelo.
No llega, y yo… espero.
¡Ah, desilusión!,
se ha cruzado una sirena, se le han roto los remos
y el corazón…
El horizonte se hace infinito pero las aguas se calman,
llegaré a buen puerto y allí,
en lo alto del campanario me esperará el que en su día,
llenó de colores mis pensamientos.
Es que las sirenas,con ese suave canto que ellas tienen,pueden hacer estragos en los marineros que surcan mares solitarios.
ResponderEliminarBello poema Elda,con imágenes certeras para expresar el deseo de un amor que se perdió entre las olas de la vida.
Nunca hay que desesperar,el mar está lleno de barqueros solitarios.
Un abrazo.
PD:Precioso el tema musical de "La vida es bella"
Un abrazo mi querida amiga, es un blog encatador, como lo eres tú. Un millón de besos y abrazos por tu simpatía y tu grandeza.
ResponderEliminarJajajaja, Jero, vaya adversaria que me he buscado, no había otra más peligrosa para distraer al barquero.
ResponderEliminarBueno ya no espero ningún barquero, los de mi edad ya no pueden ni con las redes, jajaja.
Muchas gracias amigo por visitarme y comentar tan bonito.
te mando un abrazo.
Querido Manu, cuanto honor tu presencia por mi blog que sin duda se engalana con tu visita.
ResponderEliminarMe alegro mucho que te guste.
Muchas gracias amigo.
Recibe mis cariños.