¡Para qué más!

 

Estoy contenta,
se apagó una vela

que mucho humeaba,
y en su lugar, surgió una luz
que ha iluminado mi sentir.

El viento ayudó
y se lo agradezco.
Soplaba fuerte,
pero lo hará más suave
hasta convertirse
en una agradable brisa
con deleitoso aroma 

a jazmín y limón.

Un aroma que había olvidado
en el jardín de mis esencias
y quiero recuperar
por ser dulce y delicado.

Estoy serena, 
como el mar en calma
y llena como la luna,
con la mirada perdida 
y despreocupada
en los alcores del tiempo
donde anidan 
los pájaros olvidados,
mientras recuerdo

la fragancia
de ese perfume poético
que me encandiló
con su poesía de cálido verbo,

y que entibiaba los pensamientos

de las frías realidades.

Estoy cómoda

en mi zona de confort,

mirando el cristal de mi ventana

donde cuelgan mariposas de colores,

porque así lo quiero yo.

Contenta, serena, cómoda,

¡Para qué más!