Evocadoras son tus palabras,
recuerdos surgen de sus sonidos,
tiempos que ya pasaron y aparecen
como el resbalar de un sentimiento
que humedece la piel de caricias
cual lluvia de pétalos
en el fragor del pensamiento.
Miel ácida cuando no te escucho,
prado pálido en la visión,
sol que no luce en el paisaje de su despedida,
amor que queda prendido en la farola
abrochado a la luz de la noche.
Tren que se aleja de la estación
sin saludarme siquiera.
Así, son los días que no me hablas,
y es que cada palabra tuya,
es una flor para mi corazón de invierno
que deja su fragancia al vuelo,
aromatizando los pliegues de mis perfiles.
Desde que me ofreciste tu voz,
me quedé colgada del limonero de tu jardín,
escuchando el cálido verbo que sale de tu boca,
mientras los abriles,
vuelven a mis pensamientos trasnochados.
Como soy consciente de que leer siempre sobre el mismo tema, es cansino,
a los que buenamente me visiten les doy un respiro cerrando comentarios.
Siempre muy agradecida.
Como soy consciente de que leer siempre sobre el mismo tema, es cansino,
a los que buenamente me visiten les doy un respiro cerrando comentarios.
Siempre muy agradecida.