Porque todos tenemos, o hemos tenido una

 

Quisiera volver a ese regazo 

donde se curaban todas las heridas,

al amparo de unos brazos

que dejaron tanta huella en mi vida.

Esos brazos de madre

donde cobijarse aun siendo grande,

y donde los pequeños problemas

disminuían hasta evaporarse.

Quisiera volver a ese regazo de amor

de calidez y de amparo.

Un regazo que nadie más puede ofrecer

porque es especial y sincero,

porque carece de interés,

porque es un lugar

donde la nebulosa tiene colores,

donde las palabras cálidas

abrigan el corazón,

donde desaparece el cansancio

con su melodía de amor,

donde el camino se hace hermoso

porque a cada paso hay una flor

de sus labios, al oído que espera.

Pero...

Donde todo ello se pierde,

cuando se apaga su voz.