Se hacinan mis pensamientos
sin poder expresarlos,
sin poder expresarlos,
ni escribirlos,
ni hablarlos.
Solamente brotarían mis palabras
si estuvieras a mi lado.
Pero eso solo son sueños de los sueños míos,
esos que no se realizan despiertos,
los que tengo escondidos en mi diario secreto
y los que saco a pasear
acariciando las manos imaginarias
por los caminos de la soledad,
aferrándome a la piel que contamina el corazón;
y aunque la emoción me embarga un instante,
sufro por el deseo no cumplido.
Y es que el tren pasó contigo muy tarde,
y me dijiste hola y adiós al mismo tiempo,
mientras me quedé cautiva
de una primavera que no existe,
esperando en la estación de los recuerdos…
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