Mis humildes y sencillas letras, son las hojas de mi otoño tardío cuando comencé a lagrimear tinta sobre pensamientos huérfanos, desgranando amores y fantasías en la soledad de mis horas.



*Hacer versos malos, depara más felicidad que leer los versos más bellos* Hermann Hesse

*Soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabras de lo que digo* Oscar Wilde

LO QUE SE ESCRIBE AQUÍ, NO TIENE PORQUE SER BIOGRÁFICO,
LOS PENSAMIENTOS Y LA IMAGINACIÓN, SON LIBRES COMO EL VIENTO
🍂 SI LA EXPLICAS, LA POESÍA SE VUELVE BANAL, MEJOR QUE CUALQUIER EXPLICACIÓN, ES LA EXPERIENCIA DIRECTA DE LOS SENTIMIENTOS QUE CADA CUAL EXPERIMENTE... Pablo Neruda

30.12.18

Jugando con el pensamiento

Nadando estoy las aguas limpias
de tu corazón de invierno,
donde no puedo bucear tan profundo,
se enturbian mis ojos
y no veo tus sentimientos.
Capto pececillos de colores
que cambian continuamente su aspecto
rozando levemente mi piel,
y un escalofrío abriga mis pensamientos.

Pero todo se difumina en el aire,
las voces del viento susurran sueños,
mientras las alas de mi sentir las pliego
en la realidad de mis dedos
que se mueven por el teclado
intentando diseñar un encuentro.

No es posible,
la luz de mi candil se mueve incesante,
y la intriga del momento
vuela con palabras vacías 
por los renglones de mis pensamientos,
poniendo punto y final
a otro de mis sueños inacabados
en el despertar de una mente trasnochada.

Me miro al espejo y me pregunto:
¿Tú estás bien…?
-Perfectamente-

entonces, deja de escribir bobadas 😜

FELIZ AÑO NUEVO

18.12.18

Al barco de mi vida, 1º y 2º


2007

Al barco de mi vida,
se le averió el motor, 
y una noche de diciembre
por una muerte,
en un mar de confusiones
varada me dejó.
Todo oleaje a mi alrededor.
Mi corazón se hundía
con el peso del dolor.
Desamparada en el inmenso mar,
nadie acude a socorrer mi mal.
Trepo a mi barco y,
con sogas de colores
bordo remos.
Vislumbro nitidez en la lejanía...
me acerco:
es el reflejo de una ilusión perdida.
De nuevo oscuridad en el horizonte.
El mar se calma, 
navego tranquila, sin prisa,
sé que algún día llegaré a la orilla
y arreglaré el motor averiado
de mi vida.


2018

Hace tiempo que llegué a la orilla
y arreglé el motor,
pero de vez en cuando se gripa,
está antiguo y hay que mimarlo
y cuidarlo con amor.
Le he vestido de velas 
que se cimbrean con alegría y,
cuando el viento susurra de poniente
baila el alma mía.
No me alejo del puerto
por si un temporal arrecia,
no quiero que mi barco pierda el rumbo
ni se rasgue el blanco de sus velas
cuando lucha con los suspiros del viento
y los guiños de las estrellas.

Hoy navego lento
en un mar en calma
y me recreo en su vaivén,
sin capitán ni marineros,
manejando mi bajel.


12.12.18

Sensaciones, 2


Mis ojos se entornan,
la serenidad acuna el ensueño
meciéndome mientras escucho
una melodía que adormece mi corazón
y me hace flotar en mi cálida estancia
coloreando mi sentir.

Algo me distrae de mi dulce recreo...
es la sirena de una ambulancia,
ese sonido preocupante y desagradable
que siempre trae algún recuerdo.
La música que me tenía ensimismada,
ha finalizado, y ya no puedo hilar
el encanto de ese momento.

La realidad vuelve a mi ventana.
Luce el sol, y una suave brisa
baila la hoja amarillenta
que no quiere despedirse de su rama,
como yo de algunos sentimientos.
Todo se prepara para un invierno incierto…
¡y es tan largo! que quizás algunos ojos
no verán los colores de la primavera
ni oirán la música arrulladora del viento.

Cambio de pensamiento, y le doy al play.
¡Mucho mejor! 
🎶🎶

5.12.18

Quizás mañana, o pasado...


Tras el horizonte no se divisa nada,
está lejos, es el mañana.
Miro el cielo y veo las nubes
que me llaman,
pero para mi las nubes
ya están muy elevadas,
son pañuelos blancos
que me dicen adiós
sin pararse en la ventana,
porque saben que ya no flotaré con ellas
aleteando con ilusión mis alas,
ni me columpiaré
en las pestañas de la luna
ni en los flecos de las estrella,
ni en el volcán de cualquier corazón
pintado en el portal de la fantasía.

Preparo mis zapatos de invierno
los que se agarran bien a la tierra,
los que nunca flotan por el peso,
los que no se mecen en el vaivén 
de una ola traviesa,
ni los que tropiezan en la misma piedra.
Hoy, no.

Quizás… quizás mañana,
o pasado,
o al otro, o al otro,
cuando los colores de la utopía
me inviten a olvidar 
el crepúsculo del tiempo,
entonces: 
pintaré mi sonrisa de carmín
mientras me eleva el viento,
y me dejaré mecer
en los brazos de un pensamiento novelado
mientras escucho el son aterciopelado
de una guitarra caprichosa.
🎸